"ACTA DE LA SESIÓN ORDINARIA DEL PLENO DE FECHA
5 DE MARZO DE 2009
SEIS.- ESTUDIO DE LA SITUACIÓN DE VACANTE DEL CARGO DE CRONISTA OFICIAL:
El Sr. Presidente expone que el pueblo de Torrecampo no tiene cronista oficial desde el fallecimiento de D. Esteban Márquez Triguero, última persona que ostentó esta distinción. La figura del cronista, de carácter honorífico, gratuito y vitalicio, disfruta de una muy arraigada tradición histórica. Por ello, sería conveniente estudiar la posibilidad de otorgar dicha distinción a una persona que estuviera vinculada con el pueblo.
Se produce a continuación un debate en el que queda patente la conveniencia de otorgar esa distinción y se dan diversos nombres de personas que podían ser merecedoras de ella, a cuyo término se acuerda por unanimidad que cada grupo presente para el Pleno que el Presidente indique en la convocatoria una propuesta que contenga el nombre o los nombres que le parezcan más oportunos. "
En marzo del pasado año, tras casi seis años sin la figura de Cronista Oficial, una sesión plenaria acordó al respecto lo que más arriba se reproduce. Quizá sean varias las personas merecedoras de este honor. Sin embargo, la respuesta es bien sencilla. En Torrecampo contamos con una persona con una formación histórica excelente, bastos conocimientos de Torrecampo y Los Pedroches , siendo además director de Museo Prasa Torrecampo. Es un lujo tener en Torrecampo una persona con éstas y muchas más cualidades, tanto técnicas como personales. Desaprovechar esta personalidad torrecampeña sería un error tremendo e injustificable. Juan B. Carpio Dueñas es, hoy por hoy, la persona más idónea y mejor preparada para desempeñar este puesto con el rigor y seriedad que la historia local merece. Esperemos que nuestra clase política avive e hile fino en este sentido. Los méritos tanto personales como profesionales están más que demostrados y justificados.Adelante pues. Torrecampo no puede permitirse(no debemos permitir) tener tantos flancos abiertos sin resolver, o lo que es peor, en la mayor de las indiferencias.