viernes, 26 de abril de 2013

Las Veredas, una fiesta con más de cinco siglos de tradición en Torrecampo.

Procesión de la Virgen de Veredas alrededor del Santuario a
principios de la década de los 70.

Del 30 de abril al 4 de mayo se celebran en Torrecampo una de las fiestas de mayor arraigo y tradición de cuantas se celebran en Los Pedroches y en el resto de la geografía nacional: la romería, feria y fiestas de Nuestra Señora de las Veredas, patrona de Torrecampo y de los ganaderos trashumantes. Cada primero de mayo, miles de personas, procedentes de toda la comarca y resto de España, se concentran en el Santuario de la Virgen de Veredas.

Lugar de la aparición de la Virgen de Veredas,
popularmente conocido como "la plancha",
por la forma del hueco de la roca.


Según cuenta la leyenda, en época de la reconquista, un primero de mayo, un pastor de Torrecampo, que se encontraba guardando su ganado en las veredas pastoriles de la Mesta, a orillas del arroyo Guadamora, justo en el lugar por donde se cruzan la Cañada Real Soriana y la Cañada Real Segoviana, encontró en una cavidad entre las rocas una imagen de la Virgen. Inmediatamente la metió en su zurrón y se dirigió al pueblo para mostrar su hallazgo a los habitantes de Torrecampo. Pero cual sería su sorpresa, que al abrir el zurrón la Virgen había desaparecido. El pastor se dirigió nuevamente al lugar del encuentro, donde encontró nuevamente la imagen. Al igual que en la primera ocasión, el pastor la metió en el zurrón y se fue nuevamente hacia el pueblo. Igualmente, al llegar al pueblo y abrir su morral, la imagen había desaparecido. Y así sucedió hasta tres veces. Conocidos los hechos en Torrecampo, sus habitantes acudieron en masa al lugar de la aparición, celebrándose de este modo a primera romería hacia el lugar por donde transcurrían las veredas pastoriles. Como quiera que la virgen quería permanecer allí, se decidió que en aquel paraje se le debería construir una ermita, proclamándola patrona de Torrecampo, bajo la advocación de la Virgen de las Veredas.

Vista del Cordel de la Mesta desde el cerro de la aparición.
En primer término cruz de piedra homenaje fin de siglo al Redentor ,
levantada por la Santa Misión en 1.900 y costeada por suscripción popular.


La imagen hallada es una talla de madera, de estilo románico, datada entre los siglos XIII-XIV
de apenas 20 cm. Se encuentra en el camarín del Santuario,
a los pies de la venerada imagen de la Virgen de Veredas.
Se encuentra entre rejas para, según la tradición torrecampeña,
evitar que se escape y vuelva al lugar de la aparición, al otro lado de Guadamora.
Así lo refleja la canción del Rosario de la Virgen de Veredas en una de sus estrofas:

"La Virgen de Veredas,
la Chiquitita,
más allá de Guamora
tiene su ermita"

Si hubiera que buscar una explicación histórica a la aparición o encuentro de la Virgen, que realmente lo fue, nos tendremos que situar en el período histórico de la Reconquista y repoblación de estas tierras, a partir del s. XIII. coincidiendo con la fundación de la actual población de Torrecampo. 

En aquel período, el norte de la provincia de Córdoba era tierra de frontera entre los reinos musulmanes y cristianos y el lugar de la aparición se presenta geográficamente como lugar estratégico de cualquier milicia, tanto por ser lugar de tránsito sólo de ganado y situarse a escasa distancia del Camino Real, como por lo escabroso del terreno, lugar ideal para tender emboscadas así como de refugio y descanso.

De todos es sabido que la repoblación de la península ibérica fue encomendada a las órdenes religioso militares; en el caso que nos ocupa fue la Orden de Calatrava a quien se le encomendó dicha tarea.
Así, en 1245, Fernando III El Santo da a la Orden de Calatrava y a su maestre Fernando Ordóñez, para cuando sean conquistados, entre otros territorios, el comprendido entre Mochuelos y el río Guadalmez y el territorio entre el arroyo Guadamora y el río Guadalmez dejando a salvo los derechos y privilegios del concejo de Córdoba.
En 1254, Alfonso X El Sabio confirma el privilegio de su padre a la Orden de Calatrava.
Y es en el lugar señalado, donde confluye el arroyo Guadamora y el río Guadalmez donde tiene lugar el hallazgo de la imagen de la Virgen de Veredas.

Hallazgo que indicaba que el lugar había sido reconquistado, confirmándose así los privilegios y territorios prometidos a la citada Orden de Calatrava.

Es de suponer que algún religioso militar debió colocar la imagen en la referida plancha como prueba de la recuperación del territorio hasta ahora musulmán y alentara el milagroso hallazgo como hecho fehaciente de su hazaña. 

La sacralización del lugar de la aparición y la posterior construcción de una ermita-santuario,  constituyeron un hito y deslinde territorial de primer orden, que otorgarían a la Ermita Santuario de la Virgen de Veredas un lugar destacado en la historia de España que perdura hasta nuestros días.

Entrada a Andalucía de la Cañada Real Soriana, que en tierras de La Mancha recogen el paso de la Cañada Real Segoviana, Riojana y Conquense, la confluencia de tales vías pecuarias, cañadas, cordeles y veredas y, en consecuencia, la cantidad de rebaños trashumantes, determinan que el tramo entre Almodóvar del Campo y el lugar donde se ubica el Santuario sea conocido con el nombre de "Vereda Mayor", de donde nace la advocación de la Virgen de las Veredas.


Preciosa estampa de María Santísima de la Veredas,
cuya imagen fue coronada canónicamente el
30 de abril de 1995, con lo cual añadió a sus títulos
el de Coronada, pasando a formar parte del selecto grupo
de imágenes que gozan de esta distinción, y la única en la Comarca
de los Pedroches.

La imagen que se venera en Torrecampo es una talla policromada en madera de pino de 105 cm, talla completa de finales del s. XV y de autor desconocido. Durante siglos estuvo vestida de virgen pastora, como así era, y ya en el s. XX como Reina. Durante la Guerra Civil española (1936-1939) , el pueblo de Torrecampo sufrió las desagradables consecuencias de la tragedia, destruyéndose su rico patrimonio artístico, decenas de imágenes, retablos y ornatos fueron incendiados y destruidos. Únicamente se salvó el Santuario de la Patrona y su venerada imagen, aún cuando el 23 de septiembre de 1937 la imagen de la Virgen de Veredas recibió dos disparos desde la escalinata; uno en la frente y otro que le rozó el cuello(lado derecho si se mira de frente). Según cuentan las personas de mayor edad, cuando se conocieron los hechos en Torrecampo, absolutamente todo el pueblo de Torrecampo, dejando a un lado absurdas ideologías, acudió en masa al Santuario para verificar lo sucedido, considerándose un verdadero "milagro" que la cabeza de la Virgen no hubiera saltado en añicos. Así lo confirmaba el  reputado restaurador sevillano Miguel Ángel Pérez Fernández, quien en 1.993 tuvo ocasión de restaurar la sagrada imagen, con motivo de la Coronación Canónica de la misma, que tuvo lugar en el Paseo de Gracia de Torrecampo el 30 de abril de 1.995.



La sucesión de construcciones de distintas formas y volúmenes,
otorga al Santuario una singular belleza dentro del espectacular marco natural
donde se sitúa.



El santuario de la Virgen de Veredas constituye por sí solo un elemento más en el hermoso paraje en el que se sitúa, en las estribaciones de la Sierra Morena cordobesa, y en la confluencia del arroyo Guadamora y el río Guadalmez. Su construcción más antigua tata del siglo XIV, compuesta por una nave sostenida por arcos apuntados de ladrillo, aunque se presenta encalada con un blanco deslumbrante, rematado por una espadaña. Y un segundo cuerpo (s. XVI) de planta cuadrada y cúpula de media naranja, donde estaba situada la imagen de la Virgen de Veredas. La totalidad del edificio originario y, por lo tanto, la Sagrada Imagen, se situaban en pleno cordel de la Mesta. Desde la fundación de la institución mesteña, la Virgen de Veredas gozaba de derechos de cobro sobre el ganado trashumante que cruzara el río Guadalmez sobre un puente de su propiedad, lo que comenzó a ocasionar conflictos respecto al pago de estos aranceles, que no tardaron en derivar en conflictos en torno a la titularidad y patronazgo de la Virgen de Veredas, por estar situada en bienes demaniales. 
Si bien el derecho arancelario estaba claramente reconocido, lo que más preocupó a los regidores del momento fue la situación de santuario e imagen en tierras de nadie o de todos. Por tal razón, en el s. XIX (año 1.863) se añadió un tercer cuerpo a la ermita. A saber, un camarín elevado sobre una escalinata de mármol blanco, de planta cuadrada y bóveda octogonal y rematada con linterna. Con la solución adoptada la nueva construcción se situaba plenamente en el término de Torrecampo, quedando así la imagen en lugar de jurisdicción municipal, disipando cualquier duda respecto a la titularidad y patronazgo.



Ya en el siglo XX, el camarín fue decorado por pinturas murales relativas a pasajes bíblicos relacionados con la Virgen, obra del pintor cordobés Antonio Leña Gomáriz.

Hasta aquí un pequeño retazo en torno a la devoción secular del pueblo de Torrecampo, Los Pedroches y ganaderos trashumantes hacia la venerada Virgen de Veredas, pastora, protectora de ejércitos y ganados y víctima de la contienda nacional.

Para conocer más en torno a su celebración pincha aquí, aquí, aquí o aquí.

4 comentarios:

  1. Te he enviado un comentario con la máxima moderación y de lo más aséptico posible, pero, por lo visto, eso no ha sido suficiente.
    Lo siento mucho; sólo pretendía aplaudir la obra tan bien hecha y a su autor.
    La "censura" todavía existe.
    ¡Así no!

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  2. Estimado anónimo, no he recibido ningún comentario al respecto. En cualquier caso cualquier comentario moderadamente moderado siempre será objeto de publicación. Y de momento aquí no censuramos.

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  3. Siempre puedes volver a enviarlo, bien mediante un comentario en las entradas o enviarlo a cronicadetorrecampo@hotmail.com.
    Será un placer publicarlo.

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  4. Contestando a Adrián: En primer lugar mis disculpas más sinceras, ya que el comentario no lo has recibido; además me alegro mucho de que no tengas censura para la moderación.¡Así sí!.
    Ahora no puedo reproducir las palabras que te ponía la primera vez, ya que eran fruto de la emoción que me produjo leer el artículo tan hermoso y tan magníficamente trabajado (la iconografía de 10). Por todo ello: ¡Enhorabuena!.
    Leo todo lo que escribes en "Crónica de Torrecampo" y la verdad es que, para los paisanos que vivimos lejos de la patria chica, es un verdadero placer conocer todos los avatares de nuestro pueblo.
    Un cordial saludo de un torrecampeño anónimo.

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