La secular devoción del pueblo de Torrecampo hacia su patrona es de tal calado y profundidad, que ha ido dejando impronta a lo largo de los años en las sucesivas generaciones torrecampeñas. Hasta tal punto, que para la gran mayoría, el año torrecampeño gira entorno a la Virgen de Veredas, con todo lo que ello significa: desde el nacimiento de un hijo hasta la muerte de un ser querido; celebraciones de todo tipo que se celebran en su excepcional entorno; invocaciones a la Virgen de Veredas en el quehacer diario y ,por supuesto, numerosos dichos y cánticos referidos a Las Veredas.
Impronta que nos ha dejado piezas musicales de extraordinaria calidad y belleza, como el Himno a la Virgen de Veredas, compuesto a principios de los años 60 por los sacerdotes Manuel Cobos y Rogelio Benítez.
Este precioso himno recoge de manera sublime y sencilla la gran devoción y sentimiento de Torrecampo hacia la Virgen de Veredas, interpretado magistralmente por el Coro de Capilla de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, que lo interpreta con mucha frecuencia y al que consideran una autentica joya de la música de capilla coral cordobesa.
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