lunes, 22 de abril de 2019

Crónica de "El Primero de Mayo" de 1.961.




Imagen de un Primero de Mayo 

de  1952. 


La festividad de la Virgen de Veredas, ha tenido desde siempre un gran arraigo y devoción en Los Pedroches y comarcas vecinas. El "Primero de Mayo" (no el uno de mayo) es, desde hace más de cinco siglos , el día grande para torrecampeños y devotos de la Virgen de Veredas. 
En vísperas de un nuevo "Primero de Mayo" reproducimos la crónica del año 1961, procedente del periódico comarcal El Cronista del Valle, en la que se ensalza la importancia de la fiesta,  la devoción hacia la Virgen de Veredas y el excepcional paraje natural en el que se desarrolla.
Destaca la importancia de la víspera y la llegada masiva de visitantes a Torrecampo para disfrutar de los cinco días de feria y fiestas.

Nota: las fotos que ilustran la entrada, tomadas del grupo de Facebook Fotografías antiguas de Torrecampo, no se corresponden necesariamente con el año de la crónica de 1961.


El Cronista del Valle 6  mayo 1961

Desde TORRECAMPO 
El primero de Mayo

Para Torrecampo, “El primero de Mayo" no es como para los hombres de otras geografías. El día uno del mes de Mayo, ”El primero de Mayo” es el conjunto de  cinco días felicísimos en los que los torrecampeños, celebran la feria y fiesta Mayor en honor de su Excelsa Patrona María Santísima de las Veredas. Parece que el cronista, en todo caso, al dar cuenta de actos, ferias y fiestas, suele ampularlo todo para mayor realce y honor de lo que ha de cronizar, pero aquí sucede lo contrario: Por mucho que se cante y se loe a estas fiestas de "el Primero de Mayo" de 1961, hemos de quedarnos CORTOS, ya que es imposible recoger en una crónica los faustos días vividos.



Amigas paseando por la feria.



El día 30 de abril abren las fiestas con una gran Verbena en un ferial rutilante de luces y gallardetes, gracioso, bien montado. Verbena que según pudimos oír a unos madrileños parecía hermana a las que en la capital asiduamente se instalan. Verbena con espectáculos diversos, coronada con una estupenda colección de fuegos artificiales bordados con las notas de lo más selecto y escogido del repertorio de nuestra pequeña y gran Banda de Música Parroquial, que hizo las delicias de forasteros y natos. La Verbena, presidida por las Autoridades Civiles, Eclesiásticas y Militares, con su tradicional refresco para los asistentes y convidados, con todo el pueblo disperso en el área del Paseo de la Virgen de Gracia, daba, una nota de color inolvidable y anunciaba lo que sería el día primero de Mayo, allá en el lindo valle de Guadamora, allá en la preciosa ermita que tiene por morada la Reina del Cielo, la Santísima Virgen María de las Veredas, nuestra excelsa Patrona. Sin contar los muchos vehículos que en días precedentes habían entrado en la población, según notas recogidas el día uno de mayo, tuvieron entrada con forasteros 86 turismos, 20 amplios autocares, 30 camiones, 93 motos, cientos de bicicletas,  muchas carrozas e incontables romeros a pie y en cabalgaduras. Habida cuenta de que los referidos vehículos dieron cinco y  seis viajes al Santuario bien podemos asegurar con nuestro amigo don Eduardo que de cinco a seis mil personas oyeron con recogimiento y devoción la Santa Misa, oficiada en el magnífico Altar de campaña, por el Reverendo Señor Don Francisco Palos Portero, asistido por cuatro Sacerdotes. Santa Misa Comunitaria cantada por todos los asistentes dirigidos por don Eduardo Ruiz Doblas, Coadjutor de esta Parroquia. Muchos fieles tomaron el Pan de los Ángeles.

Jinetes en la romería de la Virgen de Veredas.


 ¿Forasteros? Parecía que en edificante y magna competencia se había dado cita en el Santuario de la Virgen de Veredas, todo el Valle de los Pedroches. Amén de aldea de San Benito y muchos romeros de diferentes pueblos de España, para reverenciar y adorar a la Madre de Dios.


Procesión de la Virgen de Veredas


 De apoteosis podemos titular la Procesión. La Virgen de Veredas, en magníficas andas de plata, adornadas con sus mejores galas y con los bastones de mando de nuestras Autoridades rendidos a sus pies sale procesionalmente. Nuestra Madre de las Veredas siempre tiene una delicada sonrisa a flor de labios; hoy nos parecía seria: Emocionada, pues nunca vio tantos hijos a su derredor, ni tanto amor y respeto conjugados. Los vítores a la Madre de Dios, a la Reina del Cielo, a la Patrona de Torrecampo, no se destrababan y en unión  de dulces canciones y explosiones de cohetería ascendían al Cielo para que su Divino Hijo las recibiera como homenaje a su Santa Madre.

Tras la magna procesión, el sermón, predicado por don Francisco Palos Portero, en el que cantó las glorias de la Virgen sin par y las de su Divino Niño, Nuestro Señor, Jesús, Salvador y Redentor deI Mundo.

Grupo de jóvenes en la romería de la 
Virgen de Veredas. Al fondo la antigua 
Casa-Santería(hoy reedificada)
y Cruz de granito y forja (hoy desaparecida). 


 Terminados los actos religiosos y como obsequio a los forasteros, las Jóvenes de Acción Católica interpretaron unos números folklóricos, que fueron muy aplaudidos. Transcurre la fiesta sin ningún accidente. El sol de este día primaveral quiso asociarse a la gran fiesta y con tal fuerza que «el tunante» nos robaba todas o la mayor cantidad de sombras, siendo problema el encontrar un sitio para poder merendar, problema que se resolvió como todo se puede resolver: con hermandad cristiana.

Con motivo de estos faustos días tuvimos el gusto de saludar entre los muchos torrecampeños venidos de toda la geografía española, a don Pedro Márquez Buenestado, Magistrado de Badajoz; don Mariano Tirado López, Médico Inspector del S. O. E. de Peñarroya-Pueblonuevo; don Manuel Tirado del Rey, Veterinario de' Pedroche; don Felipe Toledo Gutiérrez, Agente Comercial de Córdoba; don Ramón Márquez Fernández, Médico de Madrid; don Miguel Campos Luque, prestigioso industrial de Fuencaliente, que con sus respectivas familias han acudido a darnos el abrazo fraterno y a adorar a la Virgen Santísima en esta fiesta de «El Primero de Mayo». Así mismo saludamos al Rvdo. Señor Don Manuel Cobos Rísquez, Párroco de Albendín. Tanto a los queridos amigos mencionados, como a los muchos y mas que no olvidarnos, aunque no lo hagamos constar por no hacer interminables estos renglones, a los forasteros, especialmente a los vallesanos, les deseamos grata estancia y que la Virgen María de las Veredas les haya concedido todas las gracias solicitadas y los colme de bendiciones.

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