viernes, 20 de abril de 2018

Oda de los peregrinos de la Virgen de Veredas.





En la sierra cordobesa,
principio de Andalucía,
hay una Madre muy buena
que te llena de alegría.

Es su pureza tan grande,
su hermosura sin igual,
que no hay mejor medicina
que remedie nuestro mal.

Por morada terrenal,
quiso elegir la Señora
una ermita reluciente,
a orillas de Guadamora.

Si a su cara alegre miras
su sonrisa te enamora;
si lo que llevas es pena,
contigo la Virgen llora.

Pídele de corazón 
que te remedie los males,
goza de su perdón
inmenso como los mares.

Sus ofrendas preferidas
son florecillas del campo,
bálsamo de las heridas
del pueblo de Torrecampo.

Sepan todos los peregrinos
que hasta sus plantas llegan,
que sus huellas hacen el camino
de la Virgen de Veredas.


Adrián Pérez Campos
Abril 2018


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