En sus inicios, la celebración era muy diferente. La
Hermandad de Labradores, que organizaba estas festividades, desapareció en los
años 60. Posteriormente, la Cámara Agraria Local se encargaba de costear la
verbena y los fuegos artificiales. Tras la comarcalización de la organización,
el Ayuntamiento, vecinos y colectivos locales han mantenido viva esta singular
fiesta.
Antiguamente, las muñecas eran quemadas individualmente en
las puertas de los vecinos, en cada calle del pueblo. Aprovechaban para arrojar
al fuego todos los objetos y utensilios inservibles que ocupaban espacio en las
cámaras de las casas, conocidos en Torrecampo como cendales, en un
rito de purificación y de dejar atrás los malos augurios.
El encendido del fuego era un acto colectivo: las muñecas se
ataban de acera a acera y eran volteadas hasta que prendían llama, cumpliendo
así su condena por ser consideradas alcahuetas.
Con posterioridad, la referida Hermandad de Labradores y la
Cámara Agraria Local costeaban una función de fuegos artificiales en la calle
Postigos y convite de altramuces, garbanzos tostados y vino. Tampoco faltaba el
baile con una pequeña orquesta con escenario en el remolque de un tractor.
Había igualmente rifas de algún cordero, así como concurso de arado con tractor
en El Ejido.
En la actualidad, la festividad de las Muñecas de San Isidro
en Torrecampo se celebra con una animada verbena, en la que se expone decenas
de muñecas confeccionadas por vecinos y colectivos. Antes de la quema, estas
muñecas son paseadas por las calles del pueblo, acompañadas de cantos
tradicionales como:
"Las muñecas de San Isidro,
las quemaron por alcahuetas."
La noche del 14 de mayo, todas las muñecas arden
conjuntamente en una especie de ejecución colectiva, de forma efímera y mágica.
Al día siguiente, el patrón de los labradores, San Isidro, procesiona por los
alrededores de la Ermita de la Virgen de Gracia, donde durante la misa se
realiza la tradicional Ofrenda del trigo.
La historia de San Isidro y su influencia en la tradición.
Cuenta la historia que San Isidro era un labrador madrileño que
jamás dejaba de asistir a la palabra de Dios. Su devoción era tal que las
mujeres del lugar lo criticaban, diciendo que abandonaba su tierra para asistir
al Santo Oficio. Incluso aseguraban haber visto a la yunta de bueyes guiados
por un ángel arando los campos.
De esta historia surge una de las tradiciones más arraigadas
en Torrecampo: las Muñecas de San Isidro. Estas muñecas representan a aquellas
mujeres que criticaban al Santo labrador y, por ese motivo, reciben su castigo
siendo arrojadas al fuego la noche del 14 de mayo.
El proceso de confección de las muñecas.
La elaboración de las muñecas requiere pocos elementos,
sencillos y fáciles de conseguir:
- El
cábiro: estructura
de madera en forma de cruz, que sirve como soporte para confeccionar la
muñeca.
- Papel
y/o trapos: para
hacer el vestido y la cabeza de la muñeca.
- Sal: la cabeza se rellena con
sal, de modo que al arder "chisporrotea".
Aunque en la actualidad se elaboran muñecas muy sofisticadas,
con pamelas, sombrillas, sombreros y largas melenas, no se permite alterar la
forma original de la muñeca, con sus característicos brazos en cruz.
Actividades previas y conservación de la tradición.
En los días previos a la fiesta, el Ayuntamiento organiza un taller para los más pequeños del pueblo, con el fin de conseguir que esta bonita y curiosa tradición perdure a lo largo de los años.
Las asociaciones y colectivos locales, así como otras
personas guardan un celo especial para no exponer su muñeca hasta el mismo día
de la quema y evitar que le copien la idea.
La quema de las muñecas y su significado
La quema de muñecos es una tradición que se encuentra en diversas culturas, desde América Latina hasta España, con algunas variaciones en los detalles y las fechas de celebración.
Así, además de la Muñecas de San Isidro en Torrecampo y Pozoblanco, encontramos la quema de Muñecas en El Viso por la Candelaria, de Marmotos en Villanueva de Córdoba en Carnaval, Judas en diferentes pueblos de Los Pedroches como Alcaracejos o Villaralto en la Pascua de Resurrección, las Muñecas y Judas en Alamillo (Ciudad Real) o las Muñecas de San Pedro en El Guijo.
Si bien, todas estas muestras presentan elementos comunes:
- Se elaboran con materiales como trapo, papel, paja y otros objetos
que simbolizan la abundancia o la vida, y a menudo se les añade sal, pólvora o
petardos para su quema.
- La
quema de Muñecas o Judas, por ejemplo, tienen raíces religiosas, ya que
representan a personajes traidores como las alcahuetas de Torrecampo o Judas
Iscariote, el traidor de Jesús. Sin embargo, también tiene elementos
paganos que se remontan a rituales de fertilidad y purificación.
- Purificación
y renovación: La quema del muñeco, a menudo llamado "año viejo" o
"Judas", es un rito que busca dejar atrás los problemas y las malas
experiencias del pasado para recibir el nuevo año natural o agrícola o la
resurrección con esperanza.
-
Desprendimiento
de lo negativo: Los muñecos se consideran portadores de las energías negativas
que se han acumulado a lo largo del año o de la temporada, por lo que su quema
simboliza el desprendimiento de estas malas vibraciones.
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