lunes, 11 de agosto de 2025

Un escudo singular en Torrecampo: ¿escudo municipal o escudo nobiliario?

 


Escudo hallado en el derrumbe de una vivienda 
situada en la Plaza de Jesús número 6 de Torrecampo.



Este escudo, labrado en piedra molinaza, fue hallado entre los escombros del derrumbe de una antigua vivienda del centro histórico de Torrecampo.

Presenta elementos propios de finales del siglo XV o principios del siglo XVI, periodo de transición entre el arte medieval y las nuevas formas renacentistas promovidas durante el reinado de los Reyes Católicos.

Este testimonio material, situado en la transición entre el medievo y el Renacimiento, presenta una iconografía que invita a un doble enfoque interpretativo: ¿es un escudo nobiliario vinculado a la Orden de Calatrava, o bien un escudo institucional municipal que expresa la autonomía y poder local?

Esta ambivalencia refleja la compleja historia de Torrecampo y Los Pedroches, una comarca donde convergieron distintos poderes —militares, nobiliarios y civiles— y donde las fronteras simbólicas y jurisdiccionales no siempre eran claras.

La forma y los elementos exteriores del escudo permiten ubicarlo cronológicamente a caballo entre los siglos XV y XVI.

La proporción del campo heráldico y su diseño se alejan de los patrones medievales, presentando una traza castellana más armónica y renacentista.

El uso del león rampante, emblema de poder y vigilancia, se inscribe en una tradición nobiliaria frecuente, mientras que la cruz de Calatrava sugiere la pertenencia o vinculación con dicha orden militar-religiosa.

Uno de los rasgos más llamativos son los tenantes velludos, personajes mitológicos conocidos como "salvajes" o "hombres del bosque", que se popularizan como motivo decorativo en la época de los Reyes Católicos.

El lazo o nudo inferior es otro rasgo identificativo de la estética de los Reyes Católicos, que solía incluir elementos como cordones, conchas, cadenas o nudos como parte del lenguaje simbólico del poder. En este contexto, su presencia refuerza la cronología tardo-gótica o proto-renacentista del conjunto.


El relieve tallado muestra una composición heráldica clásica con los siguientes elementos:

  • Banda diagonal con un león rampante: símbolo tradicional de nobleza, valor, fuerza y vigilancia.
  • Parte superior (jefe): cruz en flor de lis de la Orden de Calatrava: distintivo claro de la influyente orden militar-religiosa que dominó amplias zonas del sur de Castilla.
  • Parte inferior (punta): castillo donjonado de tres torres: símbolo heráldico de fortaleza y señorío territorial.
  • Dos tenantes salvajes: figuras antropomórficas velludas que sostienen el escudo; un motivo decorativo habitual en la época de los Reyes Católicos, que denota poder y protección.
  • Lazo con nudo ornamental en la parte inferior: detalle estilístico propio de la estética tardo- gótica y proto-renacentista.


Una primera hipótesis nos llevaría a considerarlo como escudo nobiliario vinculado a la Orden de Calatrava.

Un deslinde documentado en Toledo el 22 de septiembre de 1189, donde AlfonsoVIII delimita los términos concedidos a la Orden de Calatrava, determina la relación de la Orden de Calatrava con el territorio que hoy ocupa Torrecampo:

"...ad caput del Pinar, et vadit recte ad castellum quod dicitur Murgaval, et sicut vadit ad Guadamoram, et inde procedit ad caput de los Almadenexos, quod est inter rium Guadarmes et Guadamora, et descendit a caput del Guixo, quod est super el Villar de Santa María, in extrema parte del encinar del Pedroch..."

La traducción del texto sería la siguiente:

"...hasta la cabecera del Pinar, y de allí va directamente al castillo llamado Murgaval; desde allí se dirige hacia Guadamora, y luego avanza hacia la cabecera de los Almadenexos, que está entre los ríos Guadalmez y Guadamora; desciende desde la cabecera de El Guijo, que está sobre el Villar de Santa María, en el extremo del encinar de Los Pedroches..."

 


Cruz de Calatrava junto a la
Ermita de la Virgen de Gracia de Torrecampo.


Como argumentos a favor de esta hipótesis podríamos relacionar los siguientes:

  • Cruz de Calatrava: Su inclusión suele ser exclusiva de familias o individuos con pertenencia directa o cargos en la Orden militar-religiosa, que tuvo un papel fundamental en la defensa y repoblación del sur de Castilla y norte de Andalucía.

 

Así se refleja en un documento de 31 de diciembre de 1245, en el Sitio de Jaén en el que Fernando III da a la Orden de Calatrava y a su maestre Fernando Ordóñez la villa de Priego de Córdoba para cuando sea conquistada a los musulmanes y el territorio comprendido entre Mochuelos y el río Guadalmez a cambio de los castillos de Monfrag, Bélmez, Cuzna y Elada, la torre de Cañete y el territorio entre el arroyo Guadamora y el río Guadalmez dejando a salvo los derechos y privilegios del concejo de Córdoba y de los calatravos en Chillón.

  

  • León rampante: Emblema común en linajes castellanos nobiliarios, que representa valor guerrero y fidelidad a la Corona, características propias de las casas nobles con responsabilidades territoriales.

  • Castillo donjonado: Aquel cuya torre central es más alta que las laterales. Representa la posesión de un señorío o fortaleza, reforzando la dimensión feudal y territorial propia de la nobleza.

  • Tenantes salvajes: Uso frecuente en escudos nobiliarios, simbolizan fuerza bruta y protección, vinculados a la ostentación del poder familiar.

  • Contexto histórico local: Se sabe de la existencia de casas nobiliarias vinculadas a la Orden, como la familia Fernández de Córdoba, que pudieron poseer encomiendas o señoríos en la zona.

Según esta interpretación e hipótesis, el escudo pudo pertenecer a una familia noble vinculada a la Orden de Calatrava, funcionando como símbolo tanto familiar como de autoridad jurisdiccional. Su complejidad iconográfica refleja la interrelación de nobleza, órdenes militares y monarquía en la región.


No obstante cabe también la consideración de que pudiera tratarse de un escudo municipal o institucional.

Los argumentos a favor en favor de esta posibilidad vendrían dados por las siguientes consideraciones:

  • Castillo donjonado: Símbolo habitual en escudos municipales que representa la fortaleza civil, la jurisdicción local y el poder de la villa o ayuntamiento.

  • León rampante: Aunque más común en la heráldica nobiliaria, en contextos municipales puede simbolizar la defensa de la Corona y la fidelidad de la comunidad local.

  • Cruz de Calatrava: Más que indicio de propiedad noble, podría reflejar la influencia histórica o el reconocimiento del dominio de la Orden en el territorio, sin implicar posesión directa.

  • Ubicación original probable: La fachada del antiguo Ayuntamiento sería un emplazamiento lógico para un escudo institucional que simbolizara la autonomía y el autogobierno de Torrecampo.

  • Estilo y cronología: El diseño proto-renacentista encaja con la época en que muchas villas reforzaron su identidad heráldica para consolidar su estatus municipal.


Así pues, el escudo podría ser un emblema oficial municipal que integra símbolos de diferentes fuentes de poder: la Corona (castillo), la Orden (cruz) y la comunidad local (león), reflejando una identidad híbrida que trasciende el ámbito familiar y representa la autoridad civil.

La cronología del escudo de finales del s. XV, coincide con la época en la que Torrecampo se convierte en villa jurisdiccionalmente independiente.

No deja de ser significativo que en Torrecampo hayan existido varias Cruces de Calatrava:  Una frente a la ermita de Santiago (trasladada al cementerio y hoy situada junto a la Iglesia de San Sebastián, otra en la Virgen de Veredas –hoy desaparecida– y la tercera junto a la ermita de la Virgen de Gracia.

El escudo habría servido como símbolo visual del concejo, integrando elementos que remiten tanto a su historia relacionada la Orden de Calatrava, como a su afirmación como villa autónoma.


Cruz de Calatrava junto a la Iglesia de San Sebastián
de Torrecampo, procedente de la desaparecida ermita de Santiago,
ubicada durante años en el cementerio.


Este escudo singular es un documento visual excepcional que abre una ventana a la compleja historia de Torrecampo y Los Pedroches. Ya sea un símbolo de un linaje nobiliario con encomienda de la Orden de Calatrava o un emblema municipal, sintetiza múltiples fuentes de poder, refleja la riqueza política, social y religiosa de una tierra en la que convergieron poderes diversos y múltiples identidades.

En definitiva, el escudo hallado en Torrecampo no es solo una pieza artística de alto valor estético, sino también un documento visual cargado de significado histórico y político. Tanto si representa a una familia noble como si fue símbolo del concejo, encarna la intersección de poderes —militar, nobiliario y civil— que caracterizó la Baja Edad Media y los albores del Renacimiento en Andalucía.

Las futuras investigaciones arqueológicas, archivísticas y estilísticas podrían ayudar a resolver la duda.

Mientras tanto, este escudo nos invita a reflexionar sobre la historia compleja y silenciosa de pueblos como Torrecampo. 


Para la redacción de esta entrada, se han consultado, entre otras, las siguientes fuentes:

- Carpio Dueñas, Juan Bautista y Martínez Fernández María Dolores. Un caso más de independencia de una aldea respecto a una villa: Torrecampo.

- Márquez Triguero, Esteban. Historia de la Villa de Torrecampo.

- Molinero Merchán, Juan Andrés. Torremilano y Torrefranca: hidalguía y heráldica.

- Ocaña Torrejón, Juan. Historia de la Villa de Pedroche y su comarca.




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