Becerras
Redil de ovejas
Pastoras
Zapatería
Matanza
Pastores haciendo migas.
Haciendo punto.
Palacio de Herodes.
En la escuela.
Costureras
Planchadoras
Bordadoras
Panadería
Carpintería
Nacimiento
Castañeras
Gran ambiente el que se vivió en las dos jornadas.
Jaboneras
Buscando posada, frente a la Posada del Moro.
Pájaros.
Pastorcillas .
Cantareras.
Guiando los patos.
Ofrendas al Niño Dios.
Escribano.
Telar.
Las sufridas lavanderas.
Especias.
Cesteras.
Aceituneras.
Anunciación.
Sueño de José.
Boda hebrea.
Juegos.
Cardadoras.
La Venta.
Moliendo trigo.
Quesería.
Alfarero.
Fragua.
Encajeras.
Ordeñando la cabra.
Aneador.
Dos ediciones han bastado para que el Belén Viviente de Torrecampo se
convierta en una cita ineludible de la Navidad, no ya de Los Pedroches, sino de la provincia de Córdoba y de buena parte de las provincias limítrofes. La
suma de todo un pueblo remando en la misma dirección con el único propósito de disfrutar y hacer disfrutar al visitante, ha tenido como resultado un merecido éxito tanto de participación como de implicación vecinal, como de acogida y asistencia . Las más de 40 escenas y ambientes que se
representaron en 5.000 metros cuadrados del centro histórico-artístico por casi 300 vecinos encandilaron y entusiasmaron a los miles de visitantes. Gente de todos y cada uno de los 17 pueblos de Los Pedroches, del Guadiato(Espiel, Peñarroya,...), la capital cordobesa, el Alto Guadalquivir(Montoro, Villa del Río, Bujalance o Cañete de la Torres), el sur de la provincia(Montilla, Fernán-Nuñez o Baena) o de las provincias vecinas de Ciudad Real (Almadén, Puertollano, Fuencaliente o Alamillo),Badajoz(Azuaga, Esparragosa o Llerena),Jaén(Marmolejo, Bailén), incluso de Sevilla o Málaga, Madrid, Alicante o Cataluña, abarrotaron las calles céntricas de Torrecampo.
Pero el Belén Viviente de Torrecampo es algo más. El Belén Viviente de Torrecampo nació como una iniciativa que aunara en una representación colectiva varios aspectos y metas: una muestra de costumbres, tradiciones, oficios y patrimonio, tanto material como inmaterial, con la que se propiciaran las relaciones intergeneracionales y la integración social de los habitantes de Torrecampo. Una meta inimaginable a tan corto plazo y un éxito tal que, con la suma de todos los torrecampeños, hemos conseguido, sin ningún tipo de duda, convertir una idea sencilla y original, en un ejemplo admirado y a seguir, presidido por la buena armonía, colaboración y entrega.
Una vez más enhorabuena, Torrecampo; volvemos a demostrar que, pese a nuestras limitaciones, somos un pueblo sano y capaz de llegar tan lejos como nos lo propongamos.